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Ser político parece que es sinónimo de ladrón, corrupto, deshonesto, pillo, listo, haragán, aprovechado, etc. Etc. Etc. O sea que sobran los calificativos para una de las profesiones más importantes de un país, porque finalmente son ellos quienes nos gobiernan y ejercer el poder político para tratar de llevar el desarrollo a la gente. Y hasta ahora no se pregunta si vale la pena que existan los políticos porque no son los mejores ejemplos que tenemos para reflejarnos, al contrario, cuando hablamos de ellos es como si se tratara de una peste que está a punto de infectarnos.

                Y aquí tenemos el mejor ejemplo, ahora que se acercan las elecciones que nos llevará a cambiar presidente, diputados y alcaldes uno escucha que no vale la pena votar por nadie porque todos son iguales. Que pasa un gobierno y llega otro y la situación en lugar de mejorar, empeora. Y entonces, ¿qué hacemos los jóvenes ante este panorama tan desalentador que nos rodea? Hacernos a un lado o tomar nosotros un papel más activo en la política nacional.

                Cuando hablamos entre nosotros nos damos cuenta que nadie quiere meterse a un partido político, porque sólo el hecho de pensar que nos van a decir después que somos iguales a ellos. Y no dejan de tener razón pero también es peligroso que las personas buenas, honradas, trabajadoras no quieran meterse a la política porque entonces les estamos dejando ese espacio a los malos, a los que sólo llegan al gobierno para hacer ricos o bien salir de pobres.

En Guatemala si una persona hace política parece que lo hace para amansar fortuna y no para servir al pueblo. Aunque claro, uno los escucha gritar a los cuatro vientos que se sacrifican por la patria, por los más necesitados, por aquellos que no tienen nada. En fin, cada cuatro años escuchamos los mismos discursos y al final, nada de nada. Todo sigue igual o más bien peor.

A la pregunta de si los políticos son como el cáncer de la sociedad, quizá la respuesta debería ser que no, pero que en países como el nuestro la realidad nos demuestra que los políticos en su gran mayoría se meten a los partidos para robar. En honor a la verdad, no podemos afirmar que todos ellos son ladrones, porque sería mentir. Como en todos los sectores de la sociedad hay políticos buenos y malos, hay honrados y ladrones, hay capaces y mediocres.

Nosotros aquí en este blog queremos hacer conciencia a los jóvenes que se involucren más en el acontecer nacional. No sabemos si estar en un partido político puede ser la solución, pero que tampoco dejemos de lado que este año hay elecciones y que tenemos la oportunidad de emitir nuestro voto para elegir a las nuevas autoridades del país. Y allí sí tenemos que estar. No deberíamos dejar que otros elijan por nosotros porque mañana entonces no tendremos derecho a reclamar ni decir nada.

Hay votar por quienes consideremos las personas más capaces y no deberíamos escudarnos en que nadie sirve y que por eso no vamos a votar. Tenemos la oportunidad de ejercer un derecho ciudadano y todos los que somos mayores de 18 años estamos en la obligación de hacerlo. Si no queremos ser políticos, estamos en nuestro derecho, pero sí debemos votar por ese es uno de los derechos que como guatemaltecos nos hemos ganado.